Soy Norma Torres, actriz, narradora oral, escritora y productora mexicana. Me gusta encontrar distintas formas de contar historias, por eso trato de generar y realizar proyectos con artistas de otras disciplinas y de muchos países.

Soy egresada de la Licenciatura en Actuación de la Escuela Nacional de Arte Teatral, tengo un Diplomado de Literatura Infantil y Juvenil por la Universidad Iberoamericana.

Soy narradora oral desde el 2000, disciplina en la que he recibido diversas becas por parte de varias instituciones como: Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; Fundación BBVA Bancomer; Fondo Especial para la Cultura y las Artes del Estado de México; e Instituto Mexicano de la Juventud.

Desde 2005 formo parte del equipo de narradores orales de Alas y Raíces, programa de la Secretaria de Cultura (antes CONACULTA).

Con mis espectáculos de narración oral he realizado giras a gran parte de la República Mexicana y algunos países como: Argentina, Colombia, Cuba, Chile, EEUU, España, Panamá, República Dominicana y Uruguay.

He sido conductora de televisión, tallerista, docente y asistente de dirección escénica. He formado parte de distintas compañías de teatro. Actualmente soy parte del elenco de la obra El pájaro Dziú, donde musicalizo en vivo. Con dicho montaje hemos realizado temporadas y giras en México, EEUU, España, Colombia, Corea y Ecuador.

Colaboré como narradora, guionista  y escritora en la app ilana's notebook, desarrollada por el estudio creativo MUV; en la app Chatbooks de Fundación Telefónica (Movistar); y en algunos cortometrajes de No Budget Animation.

Actualmente dirijo la Cía. La Torre de los Cuentos que genera y produce espectáculos interdisciplinarios; también dirijo la Cía. Infantil de Narración Oral "Nadadores de Cuentos" del Centro Cultural de España en México.

SOY PURO CUENTO

Había una vez un cuento que me gustaba mucho escuchar cuando era niña: “Un ojito, Dos ojitos, Tres ojitos” de los hermanos Grimm. Cada vez que visitaba a una prima dos años más grande que yo, le pedía que me lo leyera una y otra, y otra vez. Mi parte favorita era en la que Dos ojitos decía unas palabras mágicas: “Cabrita bala, mesita ponte” y, sorpresivamente, la cabra desaparecía y en su lugar aparecía una mesa repleta de manjares. Cuando Dos ojitos terminaba de comer, volvía a decir las palabras, aunque esta vez con una pequeña diferencia: "Cabrita bala, mesita levántate", y todo volvía a la normalidad.

A los 14 años, mi maestro de Español me regaló un cuento de Ruben Dario, "El pájaro azul", me dijo que lo preparara para narrarlo en clase. Nunca lo presenté, aunque sí me lo aprendí. Todavía recuerdo la primera frase: París es teatro divertido y terrible.

“El gigante egoísta” de Oscar Wilde fue el primer cuento que narré durante un curso de verano organizado por jóvenes. Para ese entonces, yo ya sabía que quería estudiar teatro, lo que aún no sabía a mis 17 años era que además de ser actriz también quería ser narradora oral.

A la par que estudiaba teatro, narraba cada viernes en un café-librería que quedaba cerca de mi casa. Mi gran éxito en ese café fue el cuento de “Rumpelstilskin”, también de los hermanos Grimm. La historia de ese duende de nombre raro me acompañó siempre en mis primeras batallas escénicas.
A partir de entonces, empecé a contar y a contar más y más cuentos en escuelas, hospitales, librerías, plazas públicas, bibliotecas, museos, festivales, ferias del libro, centros culturales, centros comunitarios, en comunidades indígenas, comunidades rurales, para la comunidad mexicana y latina radicada en Estados Unidos. Empecé a recorrer otros países con mis historias como si fueran una alfombra mágica.

Tengo algunos años coleccionando duendes, gigantes, pájaros azules y criaturas con uno, dos y tres ojitos. Sin embargo, me quedan muchas palabras mágicas y conjuros por aprender y muchos personajes nuevos por conocer.